viernes, 25 de enero de 2008

¿Se acabó la fiesta?

Si Borges estuviera vivo, seguramente preguntaba quién es Gaby Álvarez. Ahora yo me entero de que trabajaba de promotor de espectáculos, o "relacionista público". Se lo acusa, con su chofer o amigo que manejaba el auto, de un doble homicidio.
Pasó en pocas horas de la página de espectáculos a la de policiales. Su amigo, el chofer, lo acaba de tirar debajo de las ruedas del auto, con su declaración ante el juez y luego ante los medios. Una discusión a 150 km por hora costó la vida de dos personas, y por ahora es lo que se sabe más o menos con certeza.
Esta declaración no se hubiera dado tan espontáneamente ante la guardia periodística si ambos hubieran sido delincuentes hechos y derechos, pero como el juez enseguida declaró la incomunicación de ambos fue fácil para él llegar a una confesión que ahora deberá ser ratificada con las correspondientes pericias. Lo concreto es que el exceso de velocidad existió, lo cual ya sería causa suficiente para declarar la culpabilidad del conductor.
La prensa sensacionalista tendrá varios días para ocuparse del tema, pero por si hiciera falta algo para tenernos entretenidos este verano, se acaba de producir esta no menos "espontánea" declaración de quien se acusa por el asunto de la valija venezolana. Pero la heroína del caso ya está aprendiendo a patinar para que la veamos en unos meses por tele. ¡Qué país generoso!

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