lunes, 27 de octubre de 2008

Lealtades

Hilda González de Duhalde -(a) Chiche- empleó días pasados una ironía de grueso calibre contra el matrimonio presidencial: "Que los Kirchner celebren el Día de la Lealtad es como si Schoklender celebrara el Día de la Madre". Muchas veces ella habla por boca de su marido, aunque no faltan las ocasiones en las cuales el antiguo guardavidas se anota con munición gruesa contra Néstor y Cristina.
No es improbable que este condenado por parricidio haya celebrado el Día de la Madre con la definida por Néstor Kirchner como "madre de todos los argentinos", vista su estrecha colaboración con ella, más allá de que Hebe repudie ese abominable festejo instaurado por el capitalismo. En consecuencia, la ironía tendría una segunda lectura: hace apenas seis años era impensable que la señora de Bonafini, quien hasta entonces se había abstenido de expresar simpatías por cualquier partido político, se identificara con el discurso de un gobernador de provincia escasamente conocido, y por añadidura justicialista. Es notorio que en el panteón justicialista de los Duhalde no hay lugar para la apacible Hebe.
Alguien diría que si los justicialistas necesitan hablar de lealtad es porque ha sido una virtud poco practicada por ellos, y que solo tuvo sentido hacerlo en vida del General, al que no le faltaron los disgustos en ese terreno en la última parte de su vida. En esta circunstancia no faltan, como nunca ha sucedido, los exégetas de Perón que tratan de explicar lo que dijo hace 35 años sobre el sistema jubilatorio tal como era administrado en esa época.

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