sábado, 16 de febrero de 2008

Subtes: dos noticias que se cruzan

Una de las promesas de campaña de Mauricio Macri fue la construcción de nuevas líneas de subterráneo en la ciudad de Buenos Aires. Aún no hay fecha cierta para la inauguración de la prolongación de la línea A, que según La Nación sucederá tan solo en dos años.
Por otro lado, el mismo jueves 14 pudo leerse en Clarín una noticia completamente opuesta, que parece más cercana a la promesa de Mauricio (y de paso responde a la conocida tendencia de ese matutino de publicar noticias convenientes al oficialismo de turno; en cambio, el diario de los Mitre, pese a su conocido alineamiento macrista, ha empezado a hacer notar cierta disconformidad ante la excusa recurrente de lo que no hicieron los gobiernos anteriores).
En una evaluación con pretensiones de objetividad resulta un poco difícil de creer que sea más fácil construir cuatro líneas nuevas y no poder terminar algo que parecía ya estar listo.
Buenos Aires tiene subterráneo desde 1913. En los últimos cuarenta años apenas se construyeron unos pocos kilómetros de recorrido, que frente al crecimiento de la ciudad han resultado notoriamente insuficientes. A la vez las lineas proyectadas están pensadas con un criterio lógico, que es ofrecer más de una alternativa para llegar a puntos claves de la ciudad (por ejemplo, Retiro o Plaza Italia). Pero mientras se las construya no serán pocos los inconvenientes en la circulación terrestre, por lo cual es de esperar que se lo haga en el menor tiempo posible.

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