lunes, 15 de septiembre de 2008

Lunes otra vez

La burbuja del capitalismo mundial ha sufrido una explosión durante la jornada de hoy. No es la primera ni será la última; en consonancia con el vértigo de la globalización, estas crisis se han venido acelerando desde aquel otro lunes negro, el 19 de octubre de 1987, contemporáneo del estreno de una exitosa película titulada Wall Street, donde un inescrupuloso banquero se sirve de un joven ambicioso para intentar una operación riesgosa.
Oliver Stone, el director de esa película, continuó con ella un camino iniciado con Pelotón y que lo llevaría al ejercicio de un revisionismo histórico con JFK y Nixon, y sus coqueteos con Castro y Chávez lo confirmaron en su faceta de niño maldito del establishment.
Se sabe que Hollywood no ama a George W. Bush, aunque los californianos hayan tenido gobernadores surgidos de la industria como Reagan y Schwarzenegger, no precisamente unos progres.
Siete años después del estallido de las Torres Gemelas, la presidencia de Bush se va extinguiendo en medio del escándalo casi permanente de una guerra que pronto merecerá otra película de Stone, seguramente con Bush como uno de sus personajes principales.
La coincidencia entre aquel momento y éste, en lo que a nosotros concierne, es que el "riesgo país" vuelve a ser noticia, pese al pago hecho con bombos y platillos al Club de París. Pero nada es para siempre: ni las estadísticas truchas del INDEC, capaces de producir el milagro de una inflación inferior a la norteamericana. Los supuestos expertos nos hablan de una "estanflación", ante la cual se necesitará algo más que la cosmética habitual en la Casa Rosada.

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