domingo, 27 de abril de 2008

Los Fernández

Podría ser el título de una comedia pasatista. Por ahora es una comedia de enredos de la que participa una protagonista y tres actores de reparto con ese apellido. El último se sumó, como se sabe, tras reemplazar al dibujado ex "joven maravilla" Lousteau.
Pero la protagonista de esta historia, en realidad, comparte cartel con su marido, que no se ha resignado a quedarse en un segundo plano en esta segunda parte de la saga. Segundas partes no siempre son buenas, como se dice en el mundo del espectáculo.
De los cuatro Fernández hay uno que aparece como candidato a la próxima nominación, pues sus acciones han caído como consecuencia de que el ministro renunciante -o renunciado- había sido promovido, según se dice, en contra de los deseos del Jefe, que al parecer quiere su cargo y de esta manera volver a ocupar un papel más importante en el cartel. Alberto, el que siempre tenía respuestas para todo, esta vez está pagando los costos de una medida que tomó su protegido, convencido de que nada iba a suceder. Pero ya sabemos lo que sucedió.
Del lado de los villanos aparece De Angeli, otro Alfredo entrerriano, que no opuso resistencia a aparecer en los medios a pesar de su notoria seña particular, que se apresuró en rectificar, como si empezara un camino -más largo o más corto, ya se verá- hacia un futuro protagonismo en otra historia. Por ahora está velando las armas que dicen que tiene, y ya ha dado muestras de no tener más señas particulares que ese diente que le faltaba: por lo pronto, carece de pulgas y pelos en la lengua, condición que lo emparda con D'Elía (consumado actor de reparto).

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